¡Hola! ¿Me echábais de menos? ¡Soy yo, vuestra lentilla favorita! He vuelto en primavera para ofreceros algunos consejos sobre el uso y el mantenimiento que tenéis que tener conmigo y con mis amigas, los otros tipos de lentillas.
Hablando de primavera… ¡vaya época del año más mala para algunos de vosotros, eh! Estornudos, lagrimeo, bostezos, picores de nariz y de ojos… Pero estos meses también tienen cosas buenas, como por ejemplo salir a dar una vuelta con la bici, empezar a ir a la playa a ponerte morenita para el verano, jugar al fútbol con tus amigos…
Para compatibilizar el uso de lentes de contacto con la primavera es conveniente tener en cuenta una serie de recomendaciones muy básicas. Si las sigues como es debido, tus ojos no sufrirán, y será más fácil mantener una adecuada salud visual.
Si tienes alergia, lo más probable es que los síntomas aumenten en esta época. Los ojos comienzan a picar intensamente, se enrojecen, lagrimean y son más sensibles a la luz. Por eso, es preferible no abusar de las lentillas cuando aparezcan estos síntomas, retirarlas cada cierto tiempo para limpiarlas con tu solución habitual y limpiarte la zona ocular con sueros fisiológicos muy, pero que muy bien.
Si eres de los que les cuesta despegarse de nosotras, es preferible que optes momentáneamente por otras variantes, como por ejemplo las lentillas desechables diarias. Son lentes blandas para utilizar solo un día. Después de usarlas, no hace falta que las guardes en el portalentillas. Las tiras y, al día siguiente, te pones otras. ¡Borrón y cuenta nueva! Con esto se reduce la posibilidad de que la suciedad procedente del viento, ácaros y polvo, se deposite en las lentillas día tras día.
Si eres de los que la playa y la piscina les vuelve loco y disfrutas con un buen chapuzón, ten en cuenta que el cloro del agua, así como las pequeñas partículas de arena pueden introducirse en el ojo. De hecho, la probabilidad de que se irriten aumenta un 20% más en esta época del año. Para ello, te recomiendo que, aunque sea muy duro desprenderte de tus lentillas cuando estés en el agua, te las quites durante un rato. ¡Nosotros también te echaremos de menos! Pero no pasa nada, una vez que salgas de la piscina, lávate muy bien las manos, sécatelas, aplícale tu líquido habitual y póntelas de nuevo. ¡Verás otra vez perfectamente y sin problemas!
Siguiendo estos sencillos consejos nos ayudarás a tu salud visual y a mí a mantenernos alejados de nuestros peores enemigos, como la conjuntivitis. Y recuerda que, si tienes algún problema o síntoma inusual, siempre puedes (y debes) acudir al óptico-optometrista para que te lo solucione. ¡Son unos cracks!
¡Hasta pronto!