La COVID-19 nos ha obligado a cambiar nuestros hábitos y ser mucho más cuidadosos en nuestras rutinas de higiene diarias. En la actualidad, es muy importante extremar las precauciones que nos permitan mantenernos alejados de este virus. No debemos olvidar que los ojos son una de sus posibles vías de entrada, por eso, los usuarios de lentes de contacto tienen que ser muy precavidos para que al manipularlas no haya riesgo de contagio.
A continuación, te ofrecemos una serie de recomendaciones para un uso y un mantenimiento responsable de lentillas y reducir el riesgo de infecciones:
- Procura desinfectar la zona donde vayas a manipular las lentes de contacto con soluciones hidroalcohólicas y garantiza que esté seca y libre de residuos. Para ello, puedes utilizar productos antibacterianos sin perfume y trapos de papel de un solo uso para que la tela no se contamine.
- Nunca olvides lavarte las manos al manipular las lentillas. Es fundamental, que realices siempre un lavado minucioso previo y otro posterior para evitar contagiarte a través de las lentes. Después, sécate con papel desechable evitando usar toallas para no contaminar las fibras.
- Utiliza lentes desechables diarias. Se trata de una alternativa más segura, ya que son más higiénicas al no necesitar limpieza, lo que reduce el riesgo de que haya contaminación debido a una posible inadecuada higiene. En el caso de que no sean desechables, consulta a tu óptico-optometrista los líquidos que puedes utilizar que sean aptos. ¡Recuerda que cada variedad de lente de contacto es un mundo y tienen sus propias características!
- Limita el contacto con los ojo Para ello, asegúrate de que las lentillas estén en la posición correcta antes de ponértelas. Debes de colocarlas en la yema del dedo y comprobar que todos los borden apunten hacia arriba, de otra manera, la lentilla estará al revés. Esto te ayudará a su correcta colocación a la primera evitando que tengas que volver a quitártela y reduciendo el proceso de manipulación.
- Mantén siempre limpio el portalentillas y asegúrate de cambiarlo cada mes. Es fundamental que cualquier material que pueda estar en contacto con las lentillas y con tus manos esté totalmente desinfectado.
- Cambia el líquido donde conservas las lentillas cada día y no utilices nunca agua para limpiarlas, ya que no es un desinfectante y puede contener bacterias.
- Evita frotarte los ojos. Aunque se trate de un simple gesto, podría aumentar el riesgo de infección. Es mejor utilizar suero fisiológico, lágrimas artificiales o gotas humectantes si nos entra un cuerpo extraño en el ojo.
- No portes las lentillas más del tiempo recomendado por el fabricante y nunca duermas con ellas puestas. De esta manera, evitarás despertarte con los ojos enrojecidos y reducirás el riesgo de dañar la córnea.
- En el caso de encontrarte con fiebre, ojos llorosos o algún síntoma en el que tengas sospechas de padecer coronavirus, opta por no utilizarlas hasta que estés totalmente recuperado. Una vez así, utiliza un nuevo blíster para asegurarte de que no hayan podido estar expuestas a bacterias u organismos infecciosos.
Recuerda que a lo largo del día nos tocamos en reiteradas ocasiones los ojos, por lo que un buen cuidado de los mismos y de los productos con los que entran en contacto directo es muy importante para mantener una salud visual adecuada y libre de contagio.