Seguro que eres del 95% de las personas cuya madre le ha dicho de pequeño: “¿Has visto alguna vez a algún conejo con gafas? ¡Pues cómete las zanahorias!
Pues, la verdad es que la señora tenía razón. Primero, porque las zanahorias son beneficiosas para el sistema visual, ya que poseen una serie de vitaminas antioxidantes que contribuyen a prevenir o retrasar la aparición de trastornos asociados a la visión, como las cataratas o la Degeneración Macular Asociada a la Edad. Y, segundo, porque aunque estarían monísimos, nunca he visto a ninguno de esos animales con gafas. ¿A que tú tampoco? ¡Exacto, porque comen mucha zanahoria!
Es importante que sepamos que la alimentación se encuentra muy relacionada con la salud visual. Y sobre todo en verano, donde, quizás por el mayor tiempo libre que disponemos, tendemos a alimentarnos de lo primero que vemos en el frigorífico, frente a otros platos más elaborados que nos aportarían mayores beneficios. A continuación os ofrecemos una serie de puntos a tener en cuenta a la hora de organizar nuestra dieta en base a los aspectos positivos que pueden aportar en nuestro sistema visual los alimentos que ingiramos.
Sí a las frutas, verduras y hortalizas.
- Gracias a la ingesta de este tipo de alimentos se podría evitar que patologías visuales como las cataratas o el glaucoma hagan acto de aparición mucho antes de lo normal, debido a su alto grado de vitaminas (A y E) y nutrientes antioxidantes. Por ejemplo, la zanahoria posee una serie de componentes como la luteína y zeaxantina, necesarios para el metabolismo de las células del cristalino. Además de reducir el riesgo de este tipo de problemas, estos productos contribuyen a mejorar la visión en condiciones de baja luminosidad.
Vitamina C, de cítricos.
- Este tipo de sustancia ofrece una protección extra a los ojos frente a la incidencia de los rayos solares. Cítricos como las naranjas, limones, pomelos; y otras frutas como el kiwi, fresas y moras, entre otras, poseen esta variedad de nutrientes que, además, ayudan a frenar la aparición de anomalías en la retina o en el cristalino.
El zinc.
- No, no se nos ha caído nada al suelo. El zinc es un elemento presente en alimentos como la carne de vacuno, judías, cereales u ostras que, con su consumo habitual en la dieta, se evitarían patologías en la retina, como por ejemplo la DMAE.
Pescado… ¡Sí, gracias!
- El pescado azul (salmón, atún, sardina…), previene la aparición de glaucoma debido a su alto aporte de grasas Omega 3, fundamental para el organismo. Además de esto, favorece la mejora del lagrimeo del ojo y evita la sequedad ocular.
¡No más fotofobia!
- La falta de alimentación de productos con vitamina B12 es responsable de una mayor sensibilidad del ojo frente a la luz. Para paliar esto, es recomendable incluir en la dieta alimentos de alto valor proteínico como hígado y carnes en general, además de huevos y productos lácteos (leche, queso o yogures).
¡Cuidado con el azúcar!
- Una ingesta desmesurada de glucosa puede deteriorar los conductos encargados de llevar oxígeno y sangre a los ojos. Por ello, es importante introducir en la dieta verduras, frutas y cereales, además de pescados y frutos secos, e ir reduciendo paulatinamente la cantidad de golosinas, helados o refrescos azucarados. Si a esto se le añade ejercicio físico periódico, mejor que mejor.