A pesar de todas las ventajas que conlleva el uso de lentes de contacto, hoy día todavía existe un sector de la población española con problemas visuales que no se ha planteado nunca usarlas. Esto se puede deber tanto a miedos irracionales infundados que, aunque se alejen totalmente de la realidad, cuanto más conocidos son, más reales parecen. A continuación, os expondremos una serie de mitos que más predisponen a evitar el uso de lentillas:
- Pueden perderse o desplazarse por detrás del ojo: es imposible que esto ocurra gracias a la fina membrana transparente que cubre nuestro ojo, llamada conjuntiva, que envuelve la parte posterior del mismo protegiéndolo y evitando que ni la lente de contacto ni ningún otro objeto pueda llegar a introducirse en su interior.
- Pueden quedarse pegadas al ojo: esta es una de las dudas más extendidas junto a pensar que si se practican ciertas actividades, como por ejemplo deportivas, las lentillas se caerán fácilmente. Nuestro óptico-optometrista tendrá en cuenta múltiples parámetros del ojo para asegurar que la lentilla se adapte totalmente sin problema.
- Su cuidado es muy aparatoso y complicado: actualmente existen soluciones específicas para la desinfección de las lentes de contacto que facilitan su sencillo cuidado diario. Básicamente, se resume en lavarse bien las manos antes de manipularlas y de cambiarles la solución de mantenimiento del estuche antes de guardarlas de nuevo al final del día. Además, existen las lentillas desechables de uso diario, cuyo mantenimiento no es motivo de preocupación puesto que son de usar y tirar.
- Su uso solo es adecuado para ciertos rangos de edad y para personas miopes: las lentillas son una opción válida y cómoda para cualquier persona sea cual sea su edad o su problema de refracción. Hoy en día, gracias a la evolución que ha tenido este producto óptico, se pueden personalizar para ajustarlas a nuestras necesidades específicas. Además, existen nuevos materiales que aportan comodidad en los ojos por lo que la edad avanzada no es un impedimento para llevarlas. Por otro lado, en cuanto a los niños, no hay una edad mínima recomendable, más bien se debería tener en cuenta la personalidad y responsabilidad del niño para saber si es capaz de llevar la higiene que el uso de lentillas exige. Es aconsejable que empiecen usando lentillas diarias desechables, cuyo mantenimiento es menor en comparación con otras variedades.
- Pueden causar problemas oculares: si se siguen las instrucciones del óptico-optometrista sobre cómo cuidarlas o el tiempo que debemos usarlas al día, no debería surgir ningún problema. Además, con las lentillas desechables el riesgo de infección prácticamente desaparece. Su uso, lejos de causar daño a nuestros ojos, es la opción recomendada por los especialistas, siempre que se respeten sus mismas indicaciones, puesto que mejora la calidad de vida eliminando las limitaciones que conlleva llevar gafas: no se empañan, no reflejan, se pueden usar gafas de sol, libertad de movimiento, no molestan en los días de lluvia…
- Usar maquillaje y lentillas a la vez no es compatible: la mayoría de lentes de contacto han sido creadas con hidrogel de silicona y otros productos que dificultan la adhesión de los compontes de los productos de belleza que pudiesen ocasionar alguna irritación en el ojo. Sin embargo, se recomienda ponerse siempre las lentillas antes del maquillaje y desmaquillarse tras quitarse las lentillas.
Como hemos explicado, el uso de lentillas no tiene que conllevar ningún peligro ni incomodidad siempre que sean recomendadas por vuestro óptico-optometrista y respetéis sus indicaciones, esperemos que estos mitos no te hagan perder la oportunidad de ganar en calidad de vida y olvidar de una vez por todas las limitaciones que conlleva llevar gafas. ¡No queremos que te pierdas todos sus beneficios por tener miedos sin base científica!
