Actualmente, existen más de 2 millones y medio de usuarios de lentes de contacto entre los 12 y los 65 años en España. Como ya sabréis, se trata de un método excepcional para compensar los defectos refractivos de la visión. Pero, ¿sabías que hay personas que quieren utilizar este tipo de elementos ópticos pero que aún no se atreven por desconocimiento, o porque se dejan guiar por determinadas creencias que no son ciertas?
A continuación os mostramos una serie de mitos o leyendas que se han formado en torno a las lentes de contacto y que trataremos de desmentir.
- “Las lentillas no deben ser cómodas”: Actualmente, los nuevos avances y materiales han facilitado que las lentes de contacto gocen de una adaptabilidad al ojo y una oxigenación mayor que en décadas anteriores. Por ello, existen múltiples variantes y tipos para que nadie encuentre incómodo utilizar lentes de contacto y no las sientan durante su uso.
- “Su uso debe ser muy complicado, llevan mucho tiempo”: Esto depende del tipo de lentilla que lleves y del uso que quieras darle. Con lentes de contacto diarias desechables estrenarás unas nuevas cada vez que quieras utilizarlas. Por otro lado, en el caso de las lentillas semanales, quincenales o mensuales, por ejemplo, tendrás que limpiarlas con líquidos específicos. Eso sí, con la práctica, este mantenimiento lo harás casi sin darte cuenta.
- “Mi graduación es muy complicada, con lentillas tampoco veré bien”: Actualmente existen diferentes tipos de lentes de contacto que compensan casi cualquier defecto refractivo: miopía, astigmatismo, presbicia, etc. ¡Consulta con tu óptico-optometrista!
- “A la larga me aumentará la miopía”: En realidad, no existe ninguna relación entre el aumento de dioptrías y el uso de lentillas, ni en la aparición de anomalías en la visión. Es más, actualmente las lentes de contacto están adaptándose para el control del avance de la miopía con un éxito muy destacado. Eso sí, es fundamental que sigas las pautas de revisión que te marcará tu óptico-optometrista.
- “Se me perderán dentro del ojo”: Las lentes de contacto se llaman así porque, precisamente, están “en contacto” con el ojo. De ninguna manera la lentilla se puede extraviar dentro del mismo. Eso sí, puede ser que ante un movimiento concreto, la lentilla se coloque debajo del párpado superior o inferior, sobre todo cuando la zona no está lo suficientemente hidratada. ¡Con el cuidado preciso, no hay nada que temer! Si está en el ojo, la encontrarás.
Como podéis observar, la utilización de lentillas está muy extendida entre la población, gracias a la constante evolución en sus formas y materiales, que proporcionan multitud de ventajas a sus usuarios. Sin embargo, aún existe mucho desconocimiento en cuanto a su uso y su mantenimiento. Recuerda que se trata de un producto óptico y sanitario y que debes hacer un uso responsable de ellas. Además, para cualquier duda que tengas, siempre puedes acudir a tu óptico-optometrista para que te ofrezca todos los consejos e indicaciones necesarias para que tu experiencia con ellas sea lo más plena posible, además de a las revisiones que te indique.
¡Usa lentillas!